18/2/11

El fondo de la cuestión (sobre las “pensiones” y los derechos en general)


Vuelvo a la carga con el asunto de “las Pensiones”.
Comprendo que, a algunos, quizá les pueda parecer excesivamente insistente (pelma, más bien).

                 Viñeta de Manel Fondevila en diario “publico.es” (17-II-2011)
                   http://blogs.publico.es/manel/
Lo siento, pero el asunto me parece de vital importancia.

En primer lugar “por sí mismo”. 

No es cuestión baladí el garantizar la tranquilidad e independencia económica de las personas cuando por razones de edad no puedan seguir realizando un trabajo retribuido. 

Y, mucho más aún, en las actuales condiciones de regresión de los vínculos de  “solidaridad familiar”.

Pero, además (por si esto fuera poco), es que todo el meollo del asunto consiste en que, tras estas “inevitables reformas” (nunca las llaman por su verdadero nombre, es decir "recortes"), y otras muchas paralelas en los ámbitos de los derechos laborales, la sanidad, la educación, y . . . ., lo que se está consintiendo es, realmente y aunque parezca exagerado, la vuelta a los tiempos de la esclavitud.

Mientras nos amedrentan con el fin del mundo financiero (por mí que les zurzan) y pretenden resolverlo a costa de meternos la mano en el bolsillo, los derechos, la esperanza, chuparnos la sangre, en suma, a los más, para seguir engordando el bolsillo de los menos, mientras intentamos minimizar esos daños, no se nos ocurre pensar que la cosa tendría una solución mucho más fácil y más justa.

La palabra mágica es “Impuestos” y a las personas normales que pretendemos vivir de nuestro trabajo no debiera preocuparnos en absoluto.

Primero: porque la inmensa mayoría tendríamos mucho más que ganar, y segundo: porque ,los afortunados que tuviéramos que aportar algo más, estaríamos encantados de hacerlo sabiendo que todo el mundo contribuye; y que los ingresos derivados de los milmillonarios beneficios de gentes que, en general, no sudan la camiseta, juegan con el dinero ajeno y, en muchos casos son unos verdaderos ceporros, cuando no unos sinvergüenzas (o ambas cosas al unísono), sirven para mantener el bienestar de “todos”.

Parece obvio que si la riqueza del planeta aumenta no tendrían por qué disminuir los derechos de las personas que “producen” esa riqueza.

Algo de eso se puede deducir del artículo de Juan Francisco Martín Seco cuya lectura te sugiero, porque, para evitar que nos “roben” el futuro es esencial, además de identificar a los “ladrones” desmontar su “discurso y desarmarles ideológicamente.
El artículo, como de costumbre en Martín Seco, es breve, claro y bastante incisivo.

Buen día a todos.

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