Sobre el “voto útil” (Rudimentos de la Ley Electoral II)

Ahora que apenas quedan dos días para ejercer (el que quiera) su “derecho a voto”, quiero llamar la atención sobre la explotación que, en las elecciones autonómicas y municipales, hacen (desde siempre) los dos grandes partidos del cuento del “voto útil”.

Mucho más cuando, al calor de la bronca que en estos últimos días está recibiendo “el sistema”, han florecido como setas los “pescadores de río revuelto” que intentan, discreta o descaradamente, llevar el agua de nuestro voto (si es que decidimos votar) al molino de sus intereses.

En primer lugar: Dejar claro que el sistema electoral que se utiliza en las elecciones autonómicas y municipales es totalmente distinto del de las Elecciones Generales.

En segundo lugar: Confirmar que en las Elecciones Generales, lamentablemente, la ley electoral convierte en prácticamente inútil el voto a cualquier partido que no sea uno de los dos “grandes” o “nacionalista”, salvo en las circunscripciones de elevada población (básicamente, Madrid, Barcelona, Valencia y, con suerte, alguna otra provincia)  

El qué hacer en esos casos lo dejo para más adelante, porque ni es urgente saberlo, ni es clara la respuesta.

Y, por último, en tercer lugar: Aclarar que, en las municipales y autonómicas, calculadora en mano  se puede comprobar que el número de Diputados o Concejales que consigue cada partido es, en general, bastante proporcional al número de votos que obtiene, sobre todo en los ayuntamientos más grandes y en los medianos.

Y esto lo puede comprobar cualquiera sin más que meter la nariz (el ratón) en el Ministerio del Interior (http://www.infoelectoral.mir.es/) que pone a tu disposición todos los datos electorales de Europeas, Generales, Municipales y los 4 referéndum que hasta ahora ha habido, amén de la Ley Electoral y otro montón de información para quien tenga tiempo y ganas.

Lo aclaro porque, con independencia de lo que uno decida hacer con su voto, me parece indecente que los grandes “barran” para su propia casa apelando al “voto del miedo” al contrario.

Dicho queda para quien le interese.