En mi opinión, no es así: Y me explico.
La catarata de supresión de Derechos Civiles,
merma de ingresos a quienes trabajan, desmantelamiento de los sistemas públicos
de sanidad, educación y previsión (pensiones) y la “malventa” de las empresas y
actividades públicas rentables o monetizables, no pueden, en mi opinión,
calificarse de otro modo, ya que suponen el regreso a un pasado de desigualdad,
injusticia social y miseria moral y material.
Proceso aún más escandaloso en tanto en
cuanto, de modo simultáneo, nuestro gobierno dedica ingentes cantidades de
recursos públicos para garantizar que el sistema financiero pueda cubrir sus pérdidas y
evite, o al menos aplace, la bancarrota a la que su irresponsabilidad,
consentida por los supervisores públicos, le ha llevado.
Y esto es así aquí y, también, en toda Europa.
Por eso, pese a la decepción e indignación
que me produce el recordar los dos últimos años de un gobierno mal llamado
Socialista (dicho sea con perdón de su partido y sus militantes que pienso que,
en gran parte, comparten dichos sentimientos), suscribo el llamamiento que
muchas voces, más autorizadas que la mía, hacen a la unidad de las gentes de
izquierda, o simplemente defensoras de los derechos civiles y laborales de los
ciudadanos de este país.
Procuremos explicar a nuestros conciudadanos
todo lo que podemos hacer juntos, que es mucho y muy importante y evitemos el cainismo y el enfrentamiento.
Y ello, una vez garantizado lo esencial, sin renunciar cada uno de nosotros a, además,
aspirar a llegar más lejos, o por otros caminos.
Pongo a disposición de quien quiera leerlo un
artículo (cortito), publicado ayer en el diario El País, que hace un llamamiento
en este sentido de cara a las elecciones andaluzas del próximo día 25 de marzo
y cuya propuesta yo me permito ampliar tanto para la huelga general del día 29,
como para “actuación” de las fuerzas de izquierda en los próximos tiempos.
Saludos.
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