23/3/12

¡Votad la desglobalización!


Esta misma mañana he tenido ocasión de acudir a la presentación de un librito titulado ¡Votad la desglobalización!, escrito por Mr. Arnaud Montebourg, que es un militante del Partido Socialista Francés que, con su discurso algo más radical e imaginativo que el de algunos otros candidatos a las primarias del PSF, consiguió, contra todo pronóstico, un 17% de los votos quedando en tercer lugar por detrás de Mr. Francois Hollande y Mlle. Martine Aubry y por delante de quien era su jefa de filas Mlle. Segolene Royal.
Ha sido un acto casi íntimo, demasiado íntimo quizá, pero un tanto gozoso. Al menos para el que esto suscribe.
El gozo era el de escuchar de boca de alguien, que previsiblemente mandará algo en Francia a partir del 6 de mayo, las opiniones que muchos venimos sustentando desde hace ya bastante tiempo en lo tocante a la necesidad de apearnos de la mula coja del pretendido “progreso” que nos vienen vendiendo los voceros a sueldo del libre mercado.
En mi ingenuidad y mi simpleza tengo el convencimiento de hacer, casi a diario, descubrimientos e invenciones sobre multitud de aspectos que, sin duda alguna, redundarán en beneficio de todo el género humano.  
Así, en los últimos tiempos he inventado “la rueda”, “la Tasa Tobin”, “la Sostenibilidad”;
 he descubierto “el parasitismo del mundo financiero” y creo que, también, “la sopa de ajo”.
El único inconveniente es que una serie de desalmados me han copiado estas ideas varios años antes (lo de la rueda creo que hace miles de años).
No obstante, eso no me desanima y con toda humildad me impongo las respectivas medallas.
Por eso hoy he disfrutado al escuchar que un personaje, intelectualmente algo más sólido que yo, se dedicaba a pregonar mis propias convicciones e incluso ha escrito un librito resumiéndolas.
Bromas aparte, a quien tenga por cierto que, en la actualidad,  Europa va por muy mal camino, le recomiendo que lo lea (son apenas 80 páginas de letra gorda), porque, por primera vez alguien, con posibilidad real de “tocar” el mango de la sartén (francesa), se permite explicitar media docena de ideas que, no por obvias, dejan de ser, en las miserables circunstancias actuales, casi “revolucionarias”. Dicho sea con perdón de las revoluciones que suelen ser algo más radicales.
En línea con, Alberto Garzón (tan niño), Juan López Torres,  Martín Seco, Vicenç Navarro Ignacio Ramonet (tan veteranos) y, a partir de hoy, Arnaud Montebourg (bastante jovencito), me declaro “proteccionista” de nuestros derechos y nuestros sistemas públicos, porque como dice el Sr. Montebourg, la globalización solo está sirviendo para liquidar nuestro relativo, pero eficiente, estado de bienestar sin mejorar el de los países pobres”, sino simplemente engordando los bolsillos de los dueños de las grandes empresas.
Nuestro proteccionismo, si sirve para expulsar del mercado los productos fabricados a costa del trabajo infantil, la explotación de la mano de obra, o la depredación del planeta, en lugar de “nacionalismo”, será “internacionalismo”.
Dicho queda.
Saludos.
Pedro González

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