10/5/12

El 15 de mayo está ahí

Y lo digo, tanto porque lo tenemos a la vuelta de la esquina (el próximo martes) como, sobre todo, porque, pese a su práctica desaparición de las portadas de los periódicos y los telediarios, sigue estando "ahí".
Quizá menos mediático, pero probablemente más sólido y maduro.
No era posible, ni a mi juicio deseable, pretender quedarse en la Puerta del Sol sin lavarse ni peinase hasta que los “políticos” y el “sistema” presentaran su dimisión irrevocable y entregaran el poder “al pueblo”.
Con la retirada de la plaza se apagó “el neón”.  
Pero la fábrica de debates se trasladó a los barrios, a las asambleas de los parques, a las discusiones de café y a las comidas familiares.
Los más apocados y conformistas pudimos sentirnos “alguien” y perder el miedo a hablar en público y a opinar sabiendo que nadie se reiría de nosotros y que, salvo excepciones, todos compartíamos el mismo nivel de abulia e incultura política y el mismo deseo de salir de ellas.

El paso de los días, y la necesidad de seguir viviendo aunque todavía no hayan dimitido los Políticos ni el Sistema, ha ido acomodando la implicación de cada cual a su disponibilidad de tiempo, o de ganas.
Pero tengo la sensación de que la mayoría de nosotros, los que acudimos a la manifestación del 15 de mayo, los que en la noche del 22 de mayo nos acercamos a la Puerta del Sol a realizar nuestra particular y colectiva Jornada de Reflexión, y descubrimos que en la plaza el calendario se había trastocado y no sabíamos muy bien si estábamos en 1968 o en 1975, seguimos deseando que “esto” cambie.
Es más, presumo que la mayoría de nosotros estamos decididos a colaborar en dicho cambio.
Y aunque la pereza nos puede,
aunque dudamos de poder conseguirlo, fundamentalmente porque dudamos de nuestro propio compromiso,
aunque no tenemos costumbre de apostar si no es “sobre seguro”,
estamos decididos, por una vez y sin que sirva de precedente, a no “estar de vuelta” sin siquiera haber intentado ir.
Y en esta ocasión, muchos de nosotros, en lugar de corear como papagayos los gritos “de ritual” (esto no  servirá de nada, yo no pienso perder mi tiempo, todos son iguales, a mí ya no me engañan, . . .) vamos a tener “las agallas” de estarnos callados y no burlarnos de quienes, ingenuos de ellos, pretenden hacer algo.
Es más algunos, con discreción y sin que se nos note, nos vamos a acercar a la Puerta del Sol a hacer bulto y a ver qué pasa.
Incluso, con la excusa del bacalao en casa Labra y el “hace mucho que no nos vemos” estamos decididos a quedar con los viejos amigos por la zona.
No porque nosotros seamos tan ingenuos de pensar  que esto pueda servir para “algo”, sino sólo por vernos.
Al menos esto es lo que yo pienso hacer.
Pero por favor no se lo digáis a nadie, a ver si me van a tomar por un iluso.
A mis años.
Saludos.
Para los zascandiles pongo a disposición tres o cuatro carteles de las convocatorias de los próximos días.
Justo es reconocer que los perroflautas no han conseguido cambiar  la Ley Electoral, ni la abolición de la Propiedad Privada, pero han mejorado notablemente en el apartado de diseño gráfico.
¡Enhorabuena!

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