6/5/12

Una opinión a tener en cuenta (Vicenç Navarro)

Me ha sorprendido esta opinión del catedrático Vicenç Navarro intentando matizar el “mantra” de la necesidad de promover la denominada “Economía del Conocimiento”.
Conociendo su trayectoria y su inequívoca defensa del interés público, de los servicios públicos y, en general de todo “lo púbico”, me he leído el artículo en cuestión publicado, como no, en el diario “Público” (digital tras el fallecimiento de la edición analógica).
Una vez leído, aparte de dar por buenas la cifras y el análisis que ofrece, ya que no tengo ni conocimientos, ni criterio predefinido al respecto, llego a las dos siguientes conclusiones:
1º Tiene razón en lo tocante a que una de las mayores causas (por no decir la mayor) del desempleo son los bajos salarios y no la falta de cualificación de los trabajadores.
2º Cada vez más, los nuevos puestos de trabajo requieren menos conocimiento y cualificación para desempeñarlos.
Esta segunda “realidad” aunque resulte poco “atractiva” tiene su lógica; ya que los avances tecnológicos han ido sistemáticamente liberando a la actividad manual del requerimiento de conocimientos o habilidades específicas para realizar casi cualquier trabajo.
A estas alturas pocos serán los que recuerden como calcular una raíz cuadrada o incluso realizar una simple división sin el auxilio de una calculadora.
Y muchos menos los que tengan conocimientos sobre la agricultura, los metales, o el motor de combustión, que vayan más allá de las instrucciones contenidas en el sobre de las semillas, o el manual de instrucciones de las herramientas que maneja.
Eso por no hablar de conocimientos humanísticos.
No es un escenario halagüeño. Pero es una realidad.
La asumo como tal. 

Pero no me resigno (Vicenç Navarro imagino que tampoco) a no desear que hasta el más humilde menestral que pasa jornada laboral contemplando el avance de la cadena de producción, reponiendo los productos en la estantería de un supermercado, o transportándolos en un camión, haya leído a Cervantes (o Tony Judh) y conozca, siquiera sea de oídas, la tabla de Mendeleiev y, además, tengan idea de quienes son, o en qué consisten.
Comprendo que eso pueda sonar a utopía y, en los momentos actuales, “despilfarro”.
Pero mi opinión es que dichos conocimientos, que maldita la falta que nos hacen (cada vez más) para realizar nuestro trabajo, son la levadura que pueden permitir que esa masa amorfa en que se está convirtiendo “la gente” a base de futbol, toros, publicidad y películas infantiloides, fermente y trascienda a la condición de “ciudadanos”.
Que son “gentes” que no pierden su tiempo en las tareas que pueden hacer las máquinas, sino que lo emplean en enriquecer y hacer amables las vidas de los demás que es el mejor modo de enriquecer y hacer amables las suyas propias.             
Saludos.

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