Lo
dice Vicenç Navarro y, aunque me fastidia, tengo que reconocer que estoy de acuerdo.
Confieso
mi alergia a los dogmas.
Y
"eso", más o menos, es lo que “los mercados” son para mucha gente bien formada (o
informada).
Me
admira la fe ciega que algunos tienen en su bondad y fiabilidad como jueces y
reguladores inapelables de la “realidad”, cuando, en mi modesta opinión, no son
más que meros indicadores de los resultados de la aplicación de determinadas
decisiones que no son inevitables, ni inapelables, ni, mucho menos, neutrales.
Pero
bueno, dejemos eso para otro día.
La reflexión de Vicenç Navarro me parece bastante cuerda y esclarecedora.
La reflexión de Vicenç Navarro me parece bastante cuerda y esclarecedora.
No
es que nos esté descubriendo nada nuevo.
Simplemente pone el foco en algo que, casi todos, damos por descontado pero nunca atinamos a utilizar como argumento para oponer a quienes, poco menos que a diario, nos dan lecciones de “Economía” y pretenden hacernos creer que “las cosas son como son” (que San Manuel Vicent me perdone) y no pueden ser de otro modo.
Simplemente pone el foco en algo que, casi todos, damos por descontado pero nunca atinamos a utilizar como argumento para oponer a quienes, poco menos que a diario, nos dan lecciones de “Economía” y pretenden hacernos creer que “las cosas son como son” (que San Manuel Vicent me perdone) y no pueden ser de otro modo.
Coincido
con el Profesor Navarro en que parte del problema es que nuestros gobernantes,
por unas u otras razones, son reacios a coger “la vara” y ponerles (a los mercados) en posición “de
firmes”
Entretanto,
mientras la hienas empiezan a acosar a Italia, lo de Grecia promete.
Con
un poco de suerte la glotonería hará que el bocado sea demasiado grande y se
les desencajen las mandíbulas.
Y
yo lo celebraré.
Saludos.
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