No
me voy a extender.
Pienso
que, para quien se tome la molestia de leer lo que propongo, quedará
suficientemente claro por qué hago referencia a “las máquinas de niebla”.
Solo
añado que el artículo es “cortito” y que, su autora, Nazanín Armanian, es
alguien que, pese a no prodigarse (fundamentalmente porque, supongo, estará
vetada en muchos medios), es persona lúcida, fina analista y (por nacimiento y
peripecia vital) muy bien informada.
Ahí
queda.
Saludos.
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