Que
nadie se haga excesivas ilusiones.
No
pretendo contar ninguna buena nueva, ni quitarle importancia al asfixiante
clima de desvergüenza, rapiña, estupidez colectiva e impotencia en el que, de
un modo u otro, todos andamos inmersos.
No.
La situación es francamente lamentable y habremos de seguir hablando de ella.
Sin
embargo, aunque sea con cuatro días de retraso, traigo a colación un artículo
de Jesús Ferrero que, con un texto amable, no muy largo y bastante lúcido, vino
a llamar mi atención sobre la importancia de analizar el fondo de las cosas
para descubrir cuánto de engaño, tergiversación, apropiación indebida y estafa
social se oculta tras muchas de las decisiones que asumimos como si se tratara
de cuestiones de “sentido común” o respeto mutuo, cuando en la mayoría de los
casos únicamente responden a intereses económicos, prejuicios sociales o, en el
mejor de los casos, simples “ganas de enredar”
Y,
a mi modo de ver, bien merece los escasos tres minutos que requiere su lectura.
Otra
cosa es que, una vez leído el texto, la idea se nos quede rondando por la
cabeza y eso, quizá tenga peor remedio; ya que la lucidez y la manía de pensar pueden terminar siendo una compañía incómoda.
Se
le dedico a quienes no estén suscritos al Boletín Oficial (que fue) de la
familia Polanco, que, pese a todo, sigue teniendo buenos colaboradores y, de
momento, “amarillea” algo menos que otros medios.
Saludos.
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