Buenos días:
En
primer lugar debo aclarar que, para mi sorpresa, no he encontrado una
definición, ni referencia alguna, a la palabra “jirula” que, sin embargo, vengo
oyendo y utilizando desde mi niñez como referida a una mujer (también, aunque
menos habitualmente, utilizada en masculino “jirulo”), insustancial, vanidosa,
entrometida y cotilla.
Desgraciadamente
ya no puedo preguntar a mi difunto padre de dónde se la había sacado.
En
segundo lugar debo pedir disculpas a esa mitad del género humano que son las
mujeres y aclarar que mi crítica no es por una cuestión de género, sino de comportamiento.
Me
refiero obviamente al “fuego amigo” que, el gobierno galo, con su presidente al
frente, está recibiendo de Mademoiselle Trierweiler (no confundir con
rottweiler).
El primer ministro francés, sobre el tuit
de Trierweiler: «Cada uno debe estar en su lugar (ABC 14-VI-2012)
Quizá,
en puridad, no se trate de otra cosa de que legítimo ejercicio del libre
albedrío. Y, desde ese punto de vista, nada habría que objetar.
Sin
embargo a mí se me antoja que más bien se trata de un asunto de “bajo vientre” (celos),
que en el fondo no suelen ser más que cuestiones de “poder”, o inseguridad”
Y ambas cosas desmerecen la discreción y el “saber estar” exigibles a la monarquía republicana francesa.
Y ambas cosas desmerecen la discreción y el “saber estar” exigibles a la monarquía republicana francesa.
Por
otra parte, quizá, la “NO primera dama” debiera tentarse la ropa con
Mademoiselle Royal, no vaya a ser que consiga lo contrario de lo que
aparentemente pretende.
Al
fin y al cabo 4 hijos y 30 años de convivencia dejan mucho poso.
Y,
desde luego, la “difunta” de Mr. Hollande no parece tonta, ni es fea
(humanamente hablando).
Y el
panorama, con Grecia, la “prima” y otros afanes, ya resulta lo suficientemente atractivo
sin necesidad de “salsa rosa”.
Saludos.
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