Por
si no fuera suficientemente lamentable
la irresponsabilidad de algunos de nuestros políticos que andan agitando los
bajos instintos del personal con el pretexto del nacionalismo catalán, algunos
otros pirómanos se apuntan a avivar ese fuego (fatuo) con iniciativas y
actitudes que pueden calificarse de cualquier cosa menos de inteligentes y
respetuosas.
Traigo
a colación solamente dos, pescadas al vuelo en la prensa de hoy:
Ignoro
quien es el "lumbreras" gallego que alardea de haber decidido sacarse un ojo propio
para ver si otros se quedan ciegos.
Porque
doy por sentado que si, hasta hoy, compraba los uniformes a una empresa
catalana, no lo hacía por solidaridad interregional; sino, supongo, porque se
trataba de un buen producto que satisfacía sus necesidades.
Suponiendo
que dicho sujeto fuera “hostelero”, quizá, con un poco de suerte (y su propia
publicidad), pueda conseguir que otros lumbreras catalanes, enterados de su
desaire, decidan no pisar su establecimiento pese a que probablemente sea un
negocio “decente” donde se trata bien a los clientes.
O incluso, quizá, una vez hecho público el agravio, los más nacionalistas decidan castigar al culpable boicoteando a Galicia entera y absteniendose de adquirir productos gallegos y viajar a esta comunidad de hermosos paisajes, buena comida y gentes hospitalarias.
O incluso, quizá, una vez hecho público el agravio, los más nacionalistas decidan castigar al culpable boicoteando a Galicia entera y absteniendose de adquirir productos gallegos y viajar a esta comunidad de hermosos paisajes, buena comida y gentes hospitalarias.
Mirándolo
en su conjunto, algo así como aquello de "el que asó la manteca”
Otro
ejemplo lo saco del inteligente ( y no lo digo con segundas) comentario de un señor
que suplica que “No le digáis a mi madre que soy
federalista” (Siscu Baiges, eldiario.es,
31-X-2012)