Confío
en que, a la vista del uso que han hecho de su “confianza electoral”, muchos
votantes del Partido Popular se lo piensen un poco más en las próximas ocasiones.
Son
muchos y de sobra conocidos los incumplimientos, no ya del Programa Electoral,
sino de las más mínimas normas de respeto al sentido común y al patrimonio
público.
En
esta ocasión quiero referirme únicamente al litoral español al que D. Miguel
Arias Cañete (un ministro casi tan
dicharachero y castizo como doña Esperanza Aguirre) emparentado con terratenientes,
“recaudadores” de subvenciones europeas y especuladores inmobiliarios
(promotores les llaman) ha vuelto a privatizar a favor de sus actuales “amos” y en contra de los intereses del resto de la
ciudadanía y del respeto al medio ambiente.
Lo
ha hecho, abusando de su mayoría absoluta parlamentaria (que consiguió con los
votos del 30,37 % del censo electoral) aprobando una Ley de Costas que, para mayor recochineo
se llama “Ley 2/2013, de
29 de mayo, de protección y uso sostenible del litoral” modificando
la anterior Ley de Costas que, tras muchas discusiones y consensos, se logró
aprobar en 1988.
Siempre
me he manifestado en contra de hacer una oposición “obstructiva” y de poner “palos
en la rueda” de la gestión de los gobernantes.
Pero
en este caso (como ocurre con la sanidad pública madrileña) los
gobernantes, sabiendo que posiblemente no van a tener otra ocasión para el
saqueo, se dedican descaradamente a “arramblar” con todo lo que “pillan”.
Y
si no les paramos los pies, van a dejar al Estado atado de pies y manos por los
siglos de los siglos mediante concesiones y contratos desde los que -ellos, sus
hijos y los hijos de sus hijos- vivirán a costa de los derechos de los
ciudadanos y la depredación del planeta.
Por
esta razón, en esta ocasión, considero moralmente justificable el apuntarme a
esa “obstrucción”.
Y
por eso invito, a quien comparta mi opinión, a sumarse a la iniciativa de Green
Peace y AVAAZ de apoyar una queja ante la Unión Europea.
En
el Parlamento Español no hemos podido frenar la modificación de la Ley de Costas y cuando
queramos echarles del poder (con los votos) ya será tarde; pero la Unión
Europea puede decir aún la última palabra y echar por tierra los “negocios” que
algunos ya se están repartiendo.
Confío
en poder llegar a ver finalmente demolido “El
Algarrobico”
Supongo
que serán muchas firmas las necesarias y tendrán que cumplir muchos requisitos,
pero pienso que ya va siendo hora de que empecemos a utilizar las instituciones
comunitarias para algo distinto de garantizar los beneficios de la banca a la
vez que ocultamos su insolvencia.
Ahí
queda el enlace por si quieres firmar.
Saludos
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