30/12/15

Rectificación (de un malentendido) . . .



Hace ya tiempo que algunas personas (Entre las que me incluyo con carácter preferente) venimos “dando lecciones” a nuestros amigos y allegados sobre la necesidad de modificar el sistema electoral para evitar que los pequeños partidos de ámbito nacional sufran la injusticia de que cada escaño conseguido les cueste 461.000 votos (Caso Izquierda Unida), o que con 220.000 votos no obtengan ningún diputado (Caso PACMA), en tanto que a otros, como PP y PSOE, les baste con 60.000 votos, o (el caso del PNV) los consigue tan solo por 50.264 votos.

Y un servidor, dándoselas de “entendido” y aprovechándose de la ignorancia general (que, en este asunto, es aún mayor que la mía, aunque algo más prudente) ha venido afirmando desde hace unos cuantos años que no resultaba posible modificar la Ley Electoral, porque hacía falta el voto de 2/3 (234 Diputados) de la Cámara, pero sin embargo se podía aumentar el número de diputados de los 350 actuales a 400 y proponer que los 50 nuevos se eligieran en una circunscripción única con los votos “desperdiciados” de todos los partidos mediante la simple modificación del Reglamento Electoral que tan sólo requería la mayoría absoluta (176 Diputados).

Hoy sin embargo un buen amigo, abogado para más señas, me ha sacado del error advirtiéndome que la cifra de 350 diputados viene marcada en la Ley Electoral (Artículo 162.1) así como el reparto por provincias que sólo puede modificarse (levemente) en función de aumentos o disminuciones de población.

Como esta persona, aunque en general callada, es hombre serio, he dado por buena su información y acabo de comprobarla fehacientemente.




Por este motivo, tras años de haber andado propalando una información “falsa”, me siento en la obligación de rectificarla públicamente.

Afortunadamente, a efectos prácticos, como a “todos los tontos se nos aparece la virgen”, he podido comprobar que, pese a ello y pese a los 124 escaños de D. Mariano Rajoy, la Ley Electoral puede modificarse con 176 votos a favor ((Artículo 81.2 de la Constitución)
 
 
y los 2/3 solo con necesarios para modificar la Constitución.

Si no somos demasiado necios ni nos enredamos en peleas absurdas, lo cierto es que (Si hay voluntad por parte del PSOE en permitirlo) se estaría en condiciones de conseguir hasta un total de 201 votos favorables a dicha modificación sin necesidad siquiera de contar con los de PNV, ERC, CIU, Bildu o Coalición Canaria que es muy probable que no quisieran colaborar dado lo ventajoso que les resulta el actual sistema.

Comprendo que la cosa no será fácil.


Pero pienso que debiéramos convertir este asunto en una prioridad habida cuenta de que en estos momentos "Ciudadanos" está de acuerdo con dicha modificación.

En todo caso me barrunto que el Partido Popular, aunque muy probablemente (Pese a la ayuda de D. Felipe González, Dª Susana Díaz y otros dirigentes del PSOE) no conseguirá  formar gobierno, se agarrará al sillón manteniéndose “en funciones” unos cuantos meses para ver si, entre medias, los barones del PSOE, las fantasías nacionalistas de ERC (Y en menor medida de “En Comú”) y la sempiterna desunión de “la Izquierda, hacen descarrilar cualquier posibilidad de quitarles a ellos (El PP) el mango de la sartén.

Ojalá me equivoque.

Saludos.    

28/12/15

Aunque me sabe a poco . . .



Desde bastante antes de las pasadas elecciones, concretamente desde el momento en que hace aproximadamente dos años D. Mariano Rajoy amenazó con modificar la Ley Electoral para que “gobierne la lista más votada”, entendí que todos los partidos que estaban por la pluralidad y en contra del bipartidismo estaban en la obligación de articular una candidatura conjunta que cerrara el paso a semejante tropelía.
Y ello solo se podría hacer en base a un “Programa de mínimos” que, aunque no satisficiera las pretensiones de todos ellos, garantizara el echar el freno a la degradación de la vida política, la corrupción, el saqueo del patrimonio público y la  destrucción de nuestras instituciones y organismos más importantes.

A lo que se ve, aquello era “pretender demasiado” (Que diría D. Joaquín Sabina) y lo cierto es que los partidos han acudido a las 3 elecciones que hemos tenido desde entonces (Europeas, Municipales y Generales) lo más desunidos que han podido.

Pese a ello, parece que el nivel de hartazgo y descrédito del sistema se ha manifestado en estas últimas Elecciones Generales en un resultado que impide que un partido se apropie por sus santos cojones (Y los votos de la gente) del derecho a tapar la boca a todos los demás.

En esa tesitura y pese a que finalmente la estupidez de algunos dirigentes le ha puesto al PSOE en bandeja el derecho a encabezar una propuesta de regeneración, no tengo más remedio que alegrarme de que algunas gentes de su entorno como es el colectivo de “Economistas frente a la Crisis” proponga públicamente ese “programa de mínimos” que un servidor y otra mucha gente venimos reclamando desde hace ya mucho tiempo.

Y digo en el encabezamiento que “Me sabe a poco” porque, aunque comparto la totalidad de las propuestas, echo en falta otras muchas que muy bien podrían haberse incluido en el apartado de Medidas de “corto plazo”, que deben ponerse en marcha en un plazo de seis meses: como es el caso de penalizar (suprimiendo las ventajas fiscales) las inversiones procedentes de los paraísos fiscales y las empresas que operan con dichos fondos (Incluidos los bancos), abordar una verdadera “reforma laboral” consistente en eliminar subvenciones y ventajas a la creación de empleo temporal y precario y encarecer la contratación de trabajadores a través empresas de trabajo temporal,  . . . y no sigo para no engordar demasiado este texto. Pero  habría mucho más que decir.


Y también echo en falta una mención expresa a la voluntad de conservar dentro del patrimonio público empresas como Bankia que “son nuestras” porque hemos pagado su saneamiento y que, al menor descuido, van a intentar vender para evitar cualquier tentación de poner en pie algo parecido a una banca pública.

Comprendo que quizá para el paladar de los Economistas Frente a la Crisis estas recetas resultan un tanto “ásperas” y de difícil digestión; Pero, a mi juicio, serían muy saludables si de verdad se pretende quitarle el mango de la sartén al neoliberalismo rampante que tan oportunamente denuncian.

En todo caso, bienvenida sea la iniciativa y ojalá haya el suficiente sentido común (y humildad) por parte de Podemos y el resto de la izquierda para apoyar al PSOE en un intento de abordarlas.

Al fin y al cabo, ellos (los dirigentes de Podemos) son quienes han puesto a D. Pedro Sánchez al frente de la oposición.

Saludos.

22/12/15

Yo acuso . . .




Era mi intención, una vez conocidos los resultados definitivos, el haber elaborado un cuadro comparativo, provincia a provincia, de la diferencia entre los resultados finales del pasado día 20 y los que podrían haberse obtenido si Podemos e Izquierda Unida hubieran presentado una única candidatura “de confluencia”.

Por suerte para mí, varios diarios ya han hecho ese ejercicio y no tiene sentido el dedicar el tiempo a averiguar lo que ya se sabe.

Pensé que era muy probable que la diferencia en escaños rondara la cifra de 20, pero al parecer tan sólo eran 14 o 15 (Según las fuentes) y no pienso discutir esa cifra.

Dicho esto, paso a exponer mi opinión sobre este asunto.

Y, tal y como afirmo en el título de esta reflexión, me invisto con la respetable toga de “ciudadano de a pie” y, Acuso:

En primer lugar, a la irresponsabilidad de quienes impidieron la formación de esa candidatura conjunta.

En segundo lugar, al narcisismo de esas mismas personas que antepusieron su propia vanidad a la necesidad de cerrarle el paso a los depredadores y sus posibles aliados políticos.

En tercer lugar, a la ingenuidad de esas mismas personas que quisieron creerse los halagos demoscópicos que, interesadamente, les auguraban unos resultados casi incompatibles con el sentido común (filtrado a través del embudo de la ley electoral).

Y en cuarto lugar, a la mala intención y mezquindad política y moral de esas mismas personas que, muy probablemente, aun siendo conscientes de todo lo anteriormente expuesto y del daño que podían causarle a quienes deseaban parar los pies al saqueo, la corrupción y la componenda política, lo dieron por bueno pensando que bien valía pagar ese precio si con ello se garantizaba la desaparición de un partido que, teniendo sus mismos objetivos y bastante más capacidad organizativa e historial de lucha coherente y decente que ellos mismos, les podía hacer sombra.
Esto último es, a mi juicio, lo más grave.

Porque aunque a veces no haya más remedio que disculpar la candidez, la inexperiencia (que no es el caso), o la vanidad de las personas que consideras que reman en tu misma dirección, no tiene excusa posible el que, siendo conscientes del daño que causan a todo el colectivo ciudadano que piensa como ellos, lo den por bueno con tal de garantizarse “el podio” y la posibilidad de aniquilar políticamente a quienes, antes que ellos, sembraron con su esfuerzo la mayor parte de la cosecha que, ayer, estaba por recoger y que, en parte, se ha desperdiciado

Me gustaría añadir bastantes cosas más, pero tengo la sensación de que la longitud de este texto ya excede de los 140 caracteres a los que el sistema nos ha acostumbrado, con el cuento de que lo que no cabe en dicho espacio es que resulta superfluo, o está “mal contado”.

Felicito a Podemos por sus 42 escaños (75.964 votos/escaño) y los otros 2.007.381 votos de las “confluencias” (27 escaños) que -aun no siendo estrictamente “suyos”-  han sabido apuntarse como propios.

Felicito también a UP (IU) por haber podido sobrevivir al ninguneo de todo el sistema incluido el de quienes debieran haber sido sus compañeros y valedores.

Y hago votos porque, pese al estúpido despilfarro del pasado día 20, impere la lucidez a la hora de apostar por sacar adelante una serie de propuestas “de mínimos” como son: 

La derogación de la legislación más indecente, regresiva y represiva. (Laboral, económica y social)

La modificación del Reglamento Electoral (La Ley, de momento, es inviable reformarla).


Y la recomposición del patrimonio y la estructura de ingresos de la Seguridad Social que en estos momentos están gravemente amenazados.

Todo ello únicamente podrá hacerse (si es que se hace) apoyando a ese PSOE al que muchos de nosotros jamás hemos votado y del cual públicamente renegamos.

Pero ese es el favor que le han hecho los dirigentes de Podemos, o (mirándolo de otro modo) la responsabilidad que han puesto sobre sus hombros.

En mi opinión, las cuestiones “identitarias” y las grandes decisiones económicas tendrán que esperar hasta que haya una mayoría suficiente para abordarlas sin facilitar pretextos para que la más rancia derecha del PSOE, que ya está enseñando bajo la puerta la pezuña del “sentido de estado” (Blanqueada con la harina “mediática” de D. Juan Luis Cebrián, el Inmundo y otros medios de (des)información) impida el acuerdo con el resto de la izquierda.


Y resultaría saludable que este “cuento” se lo apliquen tanto la Sra. Colau, como D. Oriol Junqueras y apoyen (o, al menos no, entorpezcan) el proceso de quitarle “el mango de la sartén” al Partido Popular, si es que pretendemos poder cocinar algún día algo distinto a la bazofia neoliberal que actualmente nos obligan a ingerir.  
   
Saludos.

18/12/15

Reflexiones en víspera electoral




Aunque en esta ocasión, por mi mala organización, no he dispuesto de tiempo para fabricar ninguno de mis habituales “pseudoanálisis” y augurios (siempre errados) sobre las próximas elecciones generales,  ello no significa que no me preocupe, e  ilusione (¡Manda narices!) el asunto.

Y por supuesto no voy a desperdiciar la ocasión de volver a equivocarme en mis vaticinios que, como en el caso del ciego que “Soñaba que veía”, no suelen ser otra cosa que las ganas que tengo de ver morder el polvo a los robaperas cínicos, caraduras y ladrones que han venido utilizando “el poder” para medrar personalmente y saquear, desprestigiar y destruir las instituciones a cuyo frente les pusimos, además de hacer la puñeta a sus votantes (Y, también, a quienes no les votamos). 


Empezaré por reconocer que llego al día 20 con la tristeza de comprobar cómo –una vez más- las gentes que nos reclamamos “progresistas” (ni siquiera digo “de izquierdas”) hemos sido incapaces de ir de la mano a una contienda cuyas reglas de juego perjudican a las minorías.


Aunque sociológicamente fuéramos “mayoría” (cosa que dudo), el hecho de fragmentarnos en distintas “taifas” nos convierte en “minorías”.

Culpo sobre todo a quienes dirigen “la orquesta”. Pero también de quienes lo consentimos, no sancionado esa estúpida conducta.

En todo caso, a estas alturas, la suerte está prácticamente echada y, afortunadamente, parece que podrá entrar aire nuevo en el edificio de la Carrera de San Jerónimo (Cuya dirección postal es, curiosamente, C/ Floridablanca S/N).

Pero no sólo es que previsiblemente entrará “aire nuevo”, sino que es más que probable que esa brisa empiece a barrer el hedor de esa especie de “pocilga política” en el que la mediocridad y apego al cargo de unos desde hace muchos años y, el más reciente, cinismo, desfachatez e indecencia del partido gobernante en los últimos 4 han convertido un Parlamento en una especie de “patio del señor Monipodio” donde cada mañana “se organiza el mal vivir de la ciudad”.

Como no quiero extenderme en detalles, voy a pasar por alto las sinrazones que nos llevan a la gente de “a pie” a tener que elegir  “entre papá y mamá”  cuando lo que querríamos es verles a ambos juntos  y  rodeados de todos los “sobrinos” (EQuo, PUMJ, Recortes-Cero, Antitaurinos, . . . ).

Pero, pese a tamaña estupidez, parece que en esta ocasión podemos estar en puertas de quitarle el mango de la sartén (del gobierno) a la (extrema) derecha económica que con puño de hierro (Y el beneplácito de la parasitaria industria financiera y el oligopolio gran-empresarial europeo y patrio) lo viene empuñando desde hace muchos años.

Quiero creerme la “encuesta prohibida” del “Diari d’Andorra” que encabeza este texto.

Y, aunque reconozco que quizá sea un tanto optimista, pondré mi granito de arena para intentar materializar esos resultados (O parecidos).


Si dentro de 48 horas, cuando hagamos el “recuento de daños” los resultados se asemejan mínimamente a lo que dice ese gráfico tendremos motivo más que sobrado para festejarlo (pase lo que pase después). 

Pongo el acento en tan sólo dos cuestiones:

La primera: Es que si el Partido Popular no alcanza los 117 diputados (cosa que parece probable) no podrá bloquear ninguna propuesta que hipotéticamente contara con el respaldo del resto (Cosa que ciertamente será bastante improblable) como es el caso de la modificación de la Ley Electoral o la Constitución.

La segunda: Es que -en ese escenario- el partido Popular y Ciudadanos, incluso en obteniendo el resultado más alto de sus respectivas horquillas se quedarían en 165 diputados, muy lejos de los 179 necesarios para la mayoría absoluta que les permitiría gobernar en coalición o permitiendo alguno de ellos la investidura del otro con sus votos.

Evidentemente la posible suma de PSOE, Podemos y Unidad Popular (IU) tampoco alcanzaría dicha mayoría ni en el mejor escenario posible (se quedarían en 167 escaños); Pero por un lado ese resultado les colocaría en una buena posición para intentar una investidura del Sr. Pedro Sánchez (a quien tengo en nula estima) que le permitiría abordar (con el aliento en el cogote de la izquierda) el desmantelamiento del desmantelamiento (Valga la redundancia) perpetrado en estos 4 años por D. Mariano Rajoy y sus secuaces con la inestimable ayuda inicial del propio PSOE.

Que los dioses nos sean propicios.

Saludos.