Probablemente todos
hemos escuchado alguna vez esa gracieta que define la estadística como una
ciencia que explica que "si yo me he comido dos huevos y tú ninguno, se puede
afirmar sin ningún margen de error que ambos nos hemos comido un huevo”.
En
contra de lo habitual, en esta ocasión la reflexión que traigo a cuento no es
mía sino de un señor llamado José Luis Gallego a quien “descubrí” recientemente
(lástima no haberlo hecho antes) a raíz de un hermoso, poético y lúcido
artículo dedicado a las recientes inundaciones provocadas por el río Ebro. “El
Ebro sigue siendo el Hiber”
En
esta ocasión su reflexión me parece oportuna porque desde hace ya bastante
tiempo vengo pensando en la cantidad de “morralla” y “desinformación” que nos
inoculan diariamente con el cuento de que “lo dicen las estadísticas”
En
unos casos se trata de desinformación pura y dura elaborada con la intención de
engañarnos (Por ejemplo los famosos y bien publicitados “Informes Pisa” sobre
cuestiones educativas) y propiciar un estado de opinión conveniente a los
intereses de quienes las promueven (Y financian).
En
otros, como supongo que es el caso que nos ocupa, se trata más bien de una
mezcla entre la incompetencia (de quienes realizan el trabajo de campo y
elaboran los primeros resultados) y la falta de rigor de quienes tendrían la
obligación de homogeneizarlos pero, por impericia (o interés de otros) no se
toman la molestia de hacerlo, ni tampoco de facilitar los datos necesarios para
valorar debidamente los “resultados”.
Que
aproveche, a quien quiera leerlo; Y,
a seguir reciclando.
Que,
con independencia de lo qué coño hagan ello, al menos supone un “gesto” de
respeto por nuestro propio mundo y un sano ejercicio de autodisciplina (cuando no
un motivo de reflexión vital).
Saludos.
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