Hoy, un compañero
de trabajo (Y a pesar de ello, amigo) que entra en la categoría de lo que suelo
llamar los ciudadanos “biempensantes” que, a mi juicio, tantas bazas conceden “al
enemigo” con su mesura y su elevado nivel de auto exigencia para con los “excesos”
propios y su samaritana comprensión para los desmanes ajenos, hablando del peligro
que representa el botón “enviar” de los teléfonos móviles y los correos
electrónicos, me ha mostrado un vídeo que me ha parecido francamente didáctico
y muy divertido.
Y le he pedido que
me lo enviara convencido como estoy de que por ello nadie (Ni siquiera D.
Eduardo Inda) podrá reprocharle nada a nadie, ni hacerle dimitir de nada.
Son apenas 2
minutos (115 segundos exactamente); Pero valen la pena.
Y, así como quien
no quiere la cosa, nos revelan una verdad que es muy amarga y que, en parte,
nos hemos ganado a pulso por nuestra mansedumbre y falta de implicación en la
vida civil.
¡Que aproveche!
Saludos.
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