30/11/15

El “canal de Nicaragua” (Otra nueva tropelía medioambiental)




Hace algo más de dos años, ante las primeras noticias (publicadas) de la posibilidad de que, además de la (por aquel entonces medio empantanada, y hoy casi concluida) ampliación del Canal de Panamá, Nicaragua (o más bien sus gobernantes) estaba negociando la construcción de otro mucho más largo y bastante más “ortopédico” en su propio territorio,  un servidor se  preguntaba si los intereses de terceros países no terminarían dividiendo al país, como ocurrió con Colombia, cuyo Departamento (Provincia) de Panamá se independizó el 4 de noviembre de 1903 con la ayuda de los EEUU que reconoció al nuevo país el 6 de noviembre y, a los pocos días, firmó un tratado que les concedía a los propios EEUU el derecho a construir y explotar del futuro canal “a perpetuidad” por un puñado de dólares.

De hecho en junio de 2013, además de la ya inciada ampliación del Canal de Panamá,  eran hasta tres los canales que distintos países y operadores andaban proponiendo a los  gobiernos de Nicaragua, Honduras y Guatemala, alguno de ellos como el de Guatemala incluyendo un tramo de 390 Km. de “canal seco” (Eufemismo para designar un tramo ferroviario en el que las mercancías viajarían en tren.

24/11/15

Invitación a la firma (NO a la guerra)






Invito a quienes quieran sumarse, incluidas aquellas personas que, como yo, están hartas de firmas e intentan no banalizar este “gesto” a suscribir este manifiesto que viene a decir lo que muchos pensamos y muchos de los biempensantes que nos rodean no se atreven a exigir.





Pero sobre todo, invito, a quien pueda y quiera, a acudir a la manifestación que se ha convocado para el próximo sábado a las 12:00 a las puertas del museo Reina Sofía (C/ Santa Isabel Nº 52, casi en Atocha).

Es casi seguro que no sumaremos tanta asistencia como el 15 de febrero de 2003.


Pero las razones, y la necesidad de explicitarlas, son las mismas; Y, si los ciudadanos no paramos los pies a nuestros malgobernantes, terminaremos todos mal.  

Y, aunque no fuera por “nosotros”, es un deber moral oponerse a la muerte y la miseria perpetradas tanto por unos fanáticos (secretamente engordados y adiestrados por nuestros gobiernos) como por esos mismos gobiernos para justificar el derroche de armas y mercenarios y el recorte de libertades y derechos en nuestros países a costa de vidas inocentes  

Saludos.

Motivo de reflexión (carta con pregunta de Rafael Reig)






Soy consciente de que D. Rafael Reig no es exactamente una persona que a todo el mundo le “caiga bien”, ni cuyos planteamientos políticos o morales, mucha gente comparta.

Sin embargo, pese a ello, es de justicia reconocer su habitual (Y habitualmente desabrida) lucidez a la hora de valorar la realidad que nos rodea.

Este es (para mí) el caso de esta “carta con pregunta” que le dirige a D. John Carlin a raíz de un artículo cuya lectura un servidor desestimó en un primer momento por ser de la opinión de que dicho señor (D. John Carlin), más que al periodismo, se dedica a la divulgación de su personal visión del mundo que, aun siendo un ejercicio perfectamente legítimo, en la medida que le publican y (supongo) le pagan, le ha transmutado en un mero altavoz  y publicista del pensamiento políticamente correcto de quienes sacan provecho del actual desbarajuste y desigualdad que reinan en el mundo (Y le pagan y le  jalean).

Por culpa de D. Rafael Reig he tenido que leerme el susodicho artículo.


Y, aunque con palabras algo menos destempladas, tengo que decir que, a mi juicio, ambos textos (el de John Carlín y el de Rafael Reig) merecen ser leídos y una posterior,  sosegada y desapasionada reflexión por nuestra parte. (La mía coincide casi al milímetro con la de D. Rafael Reig).

Lo ofrezco especialmente a algunas de las personas biempensantes para quienes todos estos asuntos “están meridianamente claros”.

Saludos.

15/11/15

Sin comentarios (XIX)




Aunque las personas (de aquí y allí) que sufren esta innecesaria barbarie merecerían un debate social mucho más amplio y profundo que el circo mediático (e ideológico) montado sobre los “cadáveres exquisitos” de los ciudadanos europeos, me abstengo de abrir la boca.

No tanto por miedo a que me apliquen la Ley Antiterrorista (o cualquiera de los sucedáneos recientemente aprobados), cuanto por respeto a los muertos (de ayer  aquí, y de hace ya varios años en todo oriente medio).

Afortunadamente Bernardo Vergara ha sintetizado mis conclusiones y mis sentimientos.

Que la tierra les sea leve a las víctimas (de aquí y de allí) y la vida y los afectos ayuden a soportar la pena a sus familiares, amigos y allegados.

Y ojalá los “biempensantes” empiecen a “pensar” y razonar; Porque estos asesinatos no son fruto de unos meros descerebrados, sino que “alguien” les ha dado los medios y las supuestas justificaciones,

Saludos tristes.






13/11/15

Entre todos la matamos . . . (Des-unión de la izquierda)



Aunque no comparto la totalidad de la narración, la descripción que hace D. Jónatham F. Moriche (a quien no conozco) me parece bastante didáctica y muy ilustrativa.

Sobre todo para las muchas personas a quienes vengo oyendo perorar (desde las pasadas elecciones municipales) sobre las “razones” de la des-unión de las izquierdas patrias, a la vez que sentencian la culpabilidad, o inocencia, de unos y otros. 

En algunas de ellas, por razones de edad, este desconocimiento es comprensible, aunque no justifique la ligereza con la que imparten bulas o anatemas.

Pero en otro sector, algo más talludito y presuntamente conocedor de la intrahistoria política reciente, dicho proceder me resulta más chocante.


Ahí queda el texto para quien guste leerlo.


Efectivamente aún quedan 3 días (hasta el 16 de noviembre) para presentar las candidaturas; Pero a estas alturas el daño ya está hecho y, como mucho, algunos podemos aspirar a que la manipulación de las encuestas sea tan enorme que finalmente PP y Ciudadanos no lleguen a alcanzar la mayoría absoluta (176 escaños) el 20 de diciembre para así tener alguna posibilidad de intentar algo parecido al experimento portugués.


Pero parece poco probable.

Y a los perdedores empedernidos (como es quien esto suscribe) más nos vale ponernos a meditar sobre cómo abordar “el día después”.

Saludos.