30/12/16

Desconectando las máquinas de niebla XXXVIII (Sostenibilidad del Estado de Bienestar)



Desde que tengo uso de razón (políticamente hablando) siempre me ha molestado la expresión “Estado de bienestar” aplicada a lo que, a mi modo de ver, no era más que una mínima garantía de cobertura de necesidades materiales básicas de los ciudadanos por parte del Estado.

Sin embargo, habida cuenta de que dicha expresión tiene más años que un servidor y es aceptada comúnmente por el mundo político y académico, he terminado por asumirla aunque me resulte algo hiperbólica. (Estado de “medio-Estar”, lo llamaría yo)
Aclarado este punto, quiero poner el acento en uno de los grandes engaños con el que, desde hace ya muchos años, nos vienen martilleando y que una gran mayoría del personal tiene asumido como si se tratara de una “ley natural” e inexorable.
Para quien quiera meditar sobre este asunto (y mantener o cuestionar su actual opinión), recomiendo este breve artículo del profesor Vicenç Navarro que, aunque con argumentos en parte ya expuestos por él mismo hace ya muchos años, viene a desmontar (a mi juicio) el cuento de la insostenibilidad de Estado de Bienestar (sanidad y pensiones incluidas) derivada del “envejecimiento” de la población   
Que aproveche a quien lo lea.

Saludos.

13/12/16

¡Y sólo tiene 30 años!




Husmeando en uno de esos “periodicuchos” digitales que habitualmente acostumbro a repasar, me he topado con esta mini-entrevista en la que una diputada portuguesa con apenas 30 años recién cumplidos hace un análisis de la situación que estamos viviendo, que me parece bastante acertado.
Y lo hace sin superlativos, sin descalificaciones groseras, sin ánimo de vender nada a nadie  y con un nivel de realismo, pragmatismo y sentido común que para sí quisieran la gran mayoría de nuestros “políticos profesionales” (O, más exactamente, “profesionales de la política”).
Salvando algunas pequeñas distancias, me ha recordado a D. Alberto Garzón, tanto por su capacidad didáctica como por sus buenas maneras y la radicalidad y nitidez de sus razonamientos y propuestas.
Ahí dejo el enlace para ociosos, curiosos e inquietos (categorías todas entre las que, entre otras muchas flaquezas, me incluyo)
Finalmente aclaro que lo de “periodicucho” (referido a “lamarea.com” y otros similares) se refiere a su escasa difusión, aunque lo cierto es suelen ser bastante más profesionales y, dentro de sus modestos (modestísimos a veces) medios, mucho más informativos que los grandes diarios de papel y las televisiones. Y, desde luego, intelectualmente mucho más honestos y coherentes con sus planteamientos. 
Remato el panegírico, confesando que siento cierta envidia de los portugueses que, aunque no tienen un gobierno “de izquierdas”, en estos momentos y aunque sean en precario, están gobernados por personas bastante más decentes que nosotros.
Ojalá algún día seamos capaces portugueses y españoles de dar el salto de confederar nuestros dos estados. Pienso que todos saldríamos ganando.
Saludos.