Desde
que tengo uso de razón (políticamente hablando) siempre me ha molestado la
expresión “Estado de bienestar” aplicada a lo que, a mi modo de ver, no era más
que una mínima garantía de cobertura de necesidades materiales básicas de los
ciudadanos por parte del Estado.
Sin
embargo, habida cuenta de que dicha expresión tiene más años que un servidor y
es aceptada comúnmente por el mundo político y académico, he terminado por
asumirla aunque me resulte algo hiperbólica. (Estado
de “medio-Estar”, lo llamaría yo)
Aclarado
este punto, quiero poner el acento en uno de los grandes engaños con el que, desde
hace ya muchos años, nos vienen martilleando y que una gran mayoría del personal
tiene asumido como si se tratara de una “ley natural” e inexorable.
Para
quien quiera meditar sobre este asunto (y mantener o cuestionar su actual
opinión), recomiendo este breve artículo del profesor Vicenç
Navarro que, aunque con argumentos en parte ya expuestos por él mismo hace ya
muchos años, viene a desmontar (a mi juicio) el cuento de la insostenibilidad
de Estado de Bienestar (sanidad y pensiones incluidas) derivada del “envejecimiento”
de la población
Que
aproveche a quien lo lea.
Saludos.